Submitted by jorge on Mon, 03/12/2018 - 06:45
Lo habitual es que las mujeres den la vida por sus hijos, maten por por ellos, pero siempre, como en cualquier faceta de la vida, hay alguna que antepone otras prioridades al bienestar de sus vástagos.
La historia ocurre en Sevilla, donde unas personas localizan a eso de las 6,30 de la madrugada a dos niños, de 5 y 10 años, deambulando por una de la calles de la ciudad, ateridos de frío y en busca de su madre.
La Policía acude al lugar y lleva a los menores a comisaría, donde los abrigan y dan de comer, enterándose por boca de ellos, que su madre los dejó en un coche, aparentemente dormidos, y se fue (se calcula que los niños anduvieron más de 1 kilómetro solos hasta ser hallados), por lo que una patrulla sale en busca de la madre, ya que no responde al móvil.
A las 8 de la mañana acude a la Jefatura de la Policía Local la madre de los niños en compañía de un hombre, solicitando que le devuelvan a sus hijos y alegando que los dejó durmiendo en el coche durante la noche mientras se fue a un bar de copas.
Las copas tuvieron que durar bastantes horas, porque la madre llegó con algunas de más y su acompañante superaba el cuádruple de la tasa máxima de alcohol, además de dar positivo en cocaína.
Ambos fueron detenidos, la madre puesta a disposición judicial por el abandono de sus hijos que quedaron tutelados por un familiar, mientras al hombre se les instruyen diligencias por un delito contra la Seguridad Vial.
Pero, ¿en qué cabeza cabe, dejar a unos niños durmiendo en un coche, a las puertas del invierno y durante horas, para reaparecer a las 8 de la mañana?
Si esta mujer ha tenido alguna vez instintos maternales, o los ha perdido por el camino o se encuentran muy diluidos.
Y no es cuestión de condenarla a prisión, sino que la condenen a realizar trabajos en favor de la Comunidad en algún hospicio u hospital infantil para que vea las tragedias infantiles ahí existentes.