Submitted by jorge on Wed, 11/09/2019 - 06:45
Cuesta imaginar que un joven de 28 años, con las cualidades físicas y mentales propias de su edad, pueda desear sexualmente a una anciana de 94 años, aunque por lo que ha trascendido, el deseo no fue recíproco y fue el joven, supuestamente, el que la agredió sexualmente a fin de cumplir su deseo.
Ocurrió en la residencia de ancianos La Bonanova de Palma de Mallorca, cuando este 3 de septiembre el equipo médico del centro realizó una exploración a la víctima, una anciana residente en dicho lugar -imaginamos que por haber recibido alguna información o tener algún tipo de sospecha al respecto-, tras lo cual encontraron indicios de que la residente había sido agredida sexualmente.
Por ello, el centro abrió un expediente disciplinario al trabajador suspendiéndole de empleo y sueldo hasta terminada la investigación que llevará a cabo la Policía Nacional a la cual, el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), denunció el hecho ya que el trabajador dependía de este instituto.
El mismo IMAS comunicó los hechos a la familia, realizó un segundo análisis a la víctima que reafirmó la agresión y en caso que se abra un proceso penal, se personará como acusación particular contra su empleado.
En caso de que se demostrará que el joven fue el agresor sexual, la pena de cárcel está servida, sin embargo, sin entrar en el mismo concepto penal, nos preguntamos, ¿qué tiene que pasársele a un joven de esta edad por la cabeza, para desear y forzar a una anciana de 94 años?, ¿qué enfermedad psíquica tiene este joven, para padecer esta atracción anti natura y no solo eso, sino excitarse con la agresión?
No somos capaces de entenderlo, tampoco de valorar este tipo de desviación.
https://elpais.com/sociedad/2019/09/08/actualidad/1567936780_296778.html