Submitted by jorge on Tue, 24/10/2017 - 06:43
Esta es una de las citas ejemplares que esgrime en su resolución el magistrado Neto de Moura de la Audiencia Provincial de Oporto, Portugal, con relación a un caso acaecido en 2015, en el que una mujer que fue secuestrada de común acuerdo por su ex amante y su ex marido, y recibió una paliza y un apaleamiento propios de la Edad Media.
Los hechos ocurrieron en 2014, cuando una mujer casada mantuvo una relación con un hombre de un pueblo vecino, relación que al terminar provocó el enfado de éste que a su vez puso al tanto al marido sobre la relación con la “adultera”, lo que terminó con el matrimonio de ambos.
A partir de ese momento, el ex amante y el exmarido comenzaron a llevar a cabo una campaña de desprestigio e insultos contra la mujer que terminó un año después con su rapto y la consiguiente paliza que ambos le propinaron con una porra recubierta de clavos.
El Juez de Moura, no obstante, defiende la acción brutal de ambos hombres, basando su auto en que “el ataque era comprensible, ya que la mujer había mantenido una relación extramatrimonial, y que el adulterio cometido por una mujer es un gravísimo atentado contra el honor y la dignidad del hombre", al igual que en su auto hace referencia a una cita bíblica sobre el adulterio y un artículo referido a ese hecho del Código Penal portugués de año 1886.
En 2016, el Tribunal de 1ª Instancia de la ciudad donde ocurrieron los hechos, Felgueiras, condenó a los atacantes por este delito de violencia machista a 1 año de prisión, condenas que fueron suspendidas y rebajadas a 2 multas de 3.500 y 1.750 euros respectivamente.
Y en base a esta decisión, el Magistrado en cuestión rechaza la apelación de la Fiscalía portuguesa, que “instaba a aumentar las condenas suspendidas impuestas a los dos hombres dada la gravedad de los hechos”.
Este caso ha provocado la indignación de algunos Políticos y Juristas, al igual que el de muchas asociaciones pro derechos de la Mujer en un país donde los delitos de violencia de género doblan a los acaecidos en España, 400 muertes en la última década y con menos de una cuarta parte de la población española.
Con este tipo de sentencias y otras similares resueltas por este Magistrado, se abre la veda en Portugal para que el maltrato a mujeres quede impune.