No nos extraña que el 64% de los españoles no confíe en la Justicia, ya que como se demuestra de forma continua, los jueces a la hora de juzgar benefician, por presiones o debido a prebendas recibidas, a los imputados famosos del mundo de la política y del empresarial; por contra, la mano dura, durísima que aplican a los detenidos del común es la constante en nuestros juzgados.

Además de esta variable, están también las de la duración de los procesos y los costes de los mismos, lastres con los que han de cargar cualquier ciudadano a la hora de enfrentarse a un proceso.

Eso en cuanto a la Justicia se refiere, ya que en lo relativo al Sistema Penitenciario, la opacidad a la hora de informar a la sociedad en general, y a las familias de los presos en particular, es total. Pocos son los que reciben algún tipo de información de Instituciones Penitenciarias, y escasos los que logran comunicar con los diferentes departamentos de las prisiones, que por otro lado, apenas informan y cuando lo hacen, lo realizan de mala manera.

Por todo ello, nos es de extrañar que la Justicia esté escasamente valorada, mejor dicho, por los suelos.

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