Aunque en muchas ocasiones pongamos a la Justicia Española en entredicho, en este caso han aplicado el sentido común y las Leyes para, y muy a nuestro pesar por el tipo de condenado, negar la extradición del pederasta español Daniel Galván a Marruecos.

Fue indultado y liberado por error o estupidez por el rey Mohamed VI, con una condena a sus espaldas de 30 años por abusar de 11 niños marroquíes.

Detenido nuevamente en España, fue encarcelado a la espera de la decisión judicial española, dado que el Gobierno de Marruecos y ante la conmoción que produjo en ese país la liberación de este personaje, revocó el indulto y solicitó su extradición a España para que terminara de cumplir su condena en el país alhaui.

Sin embargo, y tratándose de un ciudadano español, y a pesar de los delitos por los que fue condenado, además de estar acusado en España por el supuesto abuso a un menor en Alicante, la Audiencia Nacional ha decidido que cumpla la condena impuesta en Marruecos en nuestro país, además de la posible pena que le puedan aplicar por el sumario abierto en España.

La Justicia ha estado acertada, aunque una persona que ha cometido este tipo de delito merecería cumplir su pena en un tipo de prisión donde le recordaran el dolor producido a esos pequeños y su familias.

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