El módulo de Ingresos es lo primero que ve la persona que llega a un Centro Penitenciario. Dependiendo de la antigüedad de la prisión, dicho módulo tiene unas características específicas.
Después de descender tambaleante del Canguro y tomar el bulto que le corresponde, en ocasiones ayudado por algún compi debido al volumen del paquete, el detenido entra en dicho módulo. Cruza el arco de metales y es cacheado, primero él, después su equipaje.
De acuerdo a la prisión, el cacheo puede ser superficial -conraqueta y poco más- o integral, donde te dejan en pelota picada, revisan una a una tus prendas y te obligan a acuclillarte. Acto seguido vacías tu petate y examinan todos los enseres que en el se encuentran. Lo desparraman por una mesa, apartan lo prohibido y lo demás lo vuelves a guardar. Te dan un recibo por lo decomisado y ala, a esperar el siguiente paso. No importa si llegas de la calle o de otra prisión; siempre te decomisan algo, aunque en el anterior centro esos productos estuvieran permitidos.
A continuación te huellan, anotan tus datos y te toman las pertinentes fotos de frente y de perfil. Te ingresan tu dinero de la calle en una cuenta de Peculio y te entregan a cambio un recibo y una tarjeta electrónica para gastos de Economato. Hasta hace unos años, a cambio del dinero de la calle te daban una parte en dinero taleguero, una suerte de billetes acartonados al estilo de los del Monopoly , y el resto, al Peculio.