Submitted by jorge on Thu, 21/12/2017 - 06:43
En nuestro post del 30 de noviembre de 2017, LA JUSTICIA NO PERDONA…, NI POR EDAD, hablamos de la pena a 4 años de prisión a la que fue condenado en 2015 Oskar Gröning, el “contable de Auschwitz”, de 96 años.
Recurrió en su momento esa sentencia, arguyendo su fragilidad de salud, pero en noviembre pasado un Juez alemán desestimó dicho recurso y ordenó su ingreso en prisión.
Ahora, un mes después, ni corto ni perezoso, su abogado recurre de nuevo la sentencia pero ante el Tribunal Constitucional alemán argumentando que su ingreso en prisión violaría su derecho a la vida con la siguiente tesis, “si teniendo en cuenta la salud del señor Gröning, su derecho básico a la vida y a la integridad física está garantizado”.
Nos parece demencial, que alguien que reconoció en el juicio “no haber participado físicamente pero si asumir su responsabilidad en términos morales, por lo que mis acciones me hacen culpable” y haber participado directa o indirectamente en la muerte de 300.000 personas, tenga la sangre fría de hablar de SU DERECHO A LA VIDA, cuando el derecho de los cientos de miles asesinados en el campo de concentración no fue contemplado por él ni por sus compañeros.
Lo llamativo de este caso, es que de los 6.500 oficiales de las SS que trabajaron en este campo de concentración sobrevivientes a la guerra, solo fueron condenados unas decenas.
Cuesta entender la lentitud judicial tan común después de las contiendas bélicas para condenar; pero cuesta aún más observar, cómo estos depredadores humanos están convencidos de su inocencia y achacan las masacres a órdenes recibidas o a que se trataba de víctimas colaterales del conflicto.